Uno de los aspectos que más ayudan a comprender las esculturas de la Antigüedad y a visualizarlas tan inmersas en la vida cotidiana como de verdad se encontraban es el de la policromía: por lo general, en las culturas de la Antigüedad tanto la decoración arquitectónica como los relieves y esculturas se encontraban policromados. Quizás no por completo, quizás no de forma totalmente realista, pero siempre tenía gran presencia el color.
El retrato es la aportación romana más original a la escultura. Su origen está en una antigua práctica funeraria de culto a los antepasados, que era la de crear “imagines maiorum”. Cuando algún patricio moría se sacaba de su rostro una mascarilla de cera, que se guardaba en casa y se exhibía en los funerales o en otras ceremonias públicas.
- Su característica principal, por tanto, es la fidelidad en los rasgos y en los tocados (en este caso sobre todo en el retrato femenino.
Para profundizar:
http://almez.pntic.mec.es/~jmac0005/Bach_Arte/clasico/escultura_romana1.htm.